El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el acto sobre el mercado de emisiones de carbono. L. R.
Sánchez expresa el compromiso de la UE con la transición ecológica y pide un cambio fiscal

Desde el pasado 30 de noviembre y hasta mañana día 12, Dubái acoge la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28). La reunión en la que participan representantes gubernamentales de cerca de 200 países y de organizaciones medioambientales trata de abordar la amenaza que supone el cambio climático y hace balance de su progreso en el Acuerdo de París, siete años después de su entrada en vigor.


El Acuerdo de París selló el compromiso global de limitar el aumento medio de la temperatura del planeta a 2 ºC respecto a los niveles preindustriales, redoblar esfuerzos para no superar la cota de 1,5 ºC a final de este siglo y alcanzar la neutralidad climática en 2050.


 La UE está defendiendo que el acuerdo final de la COP28 incluya poner fin a la producción y consumo de todos los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) para usos energéticos, unido a los objetivos de triplicar las energías renovables y duplicar la eficiencia energética.

Así lo acordaron los ministros de Medio Ambiente en el Consejo que mantuvieron en Luxemburgo el pasado 16 de octubre, donde adoptaron las Conclusiones que servirán a la Presidencia española de posición negociadora general. Sin embargo, el objetivo y los acuerdos no están resultando sencillos.


De hecho, Emiratos Árabes Unidos –país anfitrión– es el séptimo productor mundial de crudo y eso ya ha servido para que la cumbre haya sido vista con suspicacia por las organizaciones no gubernamentales ecologistas que asisten como observadoras a la conferencias climáticas de la ONU, y el presidente de esta COP28 es el emiratí Sultan Al Jaber, que a su vez preside la compañía pública petrolera emiratí, y que el pasado manifestó que «la ciencia» no respalda un abandono total del petróleo como fuente energética.


En estas especiales circunstancias cobra especial relevancia la presidencia española del Consejo, de la que el europarlamentario riojano, César Luena, dijo: «El papel de la Presidencia española, representando junto con la Comisión la posición unida de la Unión Europea, está siendo fundamental para conseguir que esta COP suponga el principio del fin de los combustibles fósiles.»


Avanzar en la transición ecológica y la adaptación ambiental es una de las principales prioridades de la Presidencia española del Consejo de la UE, que considera la COP28 una cita clave para frenar los efectos del cambio climático y la degradación medioambiental que los ciudadanos de todos los países están sufriendo de manera mucho más acelerada e intensa durante los últimos años. En Dubái, España defiende esa postura como la común de todos los países miembros de la Unión.


Según el presidente Pedro Sánchez –y con él toda la UE– defiende que la transición ecológica permitirá ahorrar hasta 133.000 millones de euros a Europa en importaciones de combustibles fósiles hasta 2030 y crear hasta un millón de empleos, además de hacer su economía más competitiva.


El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su intervención en la sesión plenaria celebrada en Dubái en el marco de la COP28, expresó la necesidad de contar con una nueva arquitectura financiera que facilite el acceso a los fondos, al tiempo que elimina trabajas e identifica nuevas fuentes. «Debemos incluir los objetivos climáticos en el centro de las políticas económicas y fiscales, desarrollar mercados de carbono robustos, atajar los problemas de deuda y aumentar el espacio fiscal de los países más vulnerables». Al respecto, Luena también mostró su apoyo a la medida: «La financiación ha sido un tema clave en las últimas reuniones de la COP. El Presidente del Gobierno anunció no sólo una nueva contribución de 20 millones de euros para el nuevo fondo de pérdidas y daños, sino que pidió también trabajar en una nueva fiscalidad internacional basada en el principio 'quien contamina, paga'. El compromiso de nuestro gobierno con una transición justa es indiscutible», explicó Luena, miembro del grupo socialdemócrata en el Parlamento Europeo y vicepresidene de la comisión de Medio Ambiente.


Igualmente, Sánchez hizo referencia a la mitigación, subrayando que es preciso mantenerse en el límite de seguridad del 1,5ºC, lo cual significa que el pico global de emisiones debe llegar como máximo en 2025. En este contexto, ha incidido en tres medidas imprescindibles a aplicar de forma simultánea: triplicar la capacidad de generación de energía renovable de cara a 2030; doblar los objetivos de eficiencia energética esta misma década; y poner fin a la producción y consumo de combustibles fósiles para energía.


Pedro Sánchez también batrató durante su intervención en la sesión plenaria la adaptación y resiliencia, e incidió en la necesidad de que el objetivo del Acuerdo de París sea operativo y medible. En este sentido, reiteró que España apoya las iniciativas del secretario general para contar con Sistemas de Alerta Temprana para Todos y su Acelerador de Portafolio de Proyectos de Adaptación.


A modo de conclusión, Sánchez dijo: «Todavía tenemos una oportunidad de salvar el planeta, pero tenemos que elevar nuestra ambición y compromiso», mientras que Luena refuerza esa idea añadiendo datos: «El 2023 ha sido el año más caluroso jamás registrado. Se nos acaba el tiempo. O revertimos la tendencia del calentamiento global ahora o perderemos la última oportunidad de alcanzar nuestros objetivos climáticos y evitar las consecuencias desastrosas de superar los 1,5ºC».


 


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