Hace 25 años, una reunión entre representantes de la Comisión Europea y la industria espacial europea a orillas del lago Maggiore en Italia culminó con la firma del Manifiesto Baveno. Esto puso en marcha una serie de eventos que finalmente darían como resultado la creación del programa de observación de la Tierra de Copernicus y el lanzamiento del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) y los otros Servicios de Copernicus.

Uno de los productos de la cartera de servicios de monitoreo del clima de C3S es el Informe sobre el Estado del Clima en Europa, cuya última edición (publicada recientemente con los datos del año 2022) no arroja cifras muy esperanzadoras.

El documento señala que el pasado año fue, en casi todos los países de la Unión, el año más cálido de la historia con una temperatura media de 0.9 grados por encima de lo que era habitual en el continente. Pero si las estadísticas se circunscriben exclusivamente al verano, la temperatura media estuvo 1,4 grados centígrados por encima de la media habitual.

Las elevadas temperaturas y la sequía hicieron que se prodigaran los incendios que rápidamente se extendían, haciéndose muy difícil su control, y arrasando durante 2022 una superficie récord en el viejo continente.

Los ríos también sufrieron las altas temperaturas y la sequía. Su caudal bajó y ya son seis años consecutivos los que han ido reduciendo ese flujo con el consiguiente perjuicio para la fauna, flora y también para la vida humana.

El informe alerta de que los glaciares alpinos han visto como la falta de nieve y unas temperaturas inusualmente elevadas llevaban a la pérdida de 5 kilómetros cúbicos de hielo, o lo que es lo mismo, 5,4 veces la altura de la Torre Eiffel. Y en septiembre, en Groenlandia, una ola de calor hizo que la temperatura media mensual se elevara 8 grados, derritiéndose una cantidad incalculable de hielo. De la misma forma, el documento señala que el efecto invernadero sigue produciéndose por la persistente presencia de gases como el dióxido de carbón o metano en la atmósfera.

Tras la publicación del informe, el europarlamentario riojano César Luena afirma que «Con los datos científicos que nos muestra Copernicus es una insensatez que los grupos conservadores estén dando la espalda al Pacto Verde Europeo y a los acuerdos globales. Nos estamos jugando el futuro de nuestro planeta» y reitera: «Los últimos ocho años han sido los más calurosos desde que se tienen registros y, además, Europa ha sido el continente en el que las temperaturas han aumentado más rápido en las últimas décadas».

Luena reclama medidas urgentes porque «en 2018 el IPCC publicó un informe que indicaba que alcanzaríamos el límite de 1,5º C entre 2030 y 2052. Los datos actualizados de Copernicus muestran que, manteniendo el ritmo de calentamiento global actual, alcanzaríamos ese límite ¡a finales de este año! Debemos actuar rápido y tomar medidas efectivas. Las consecuencias de no hacerlo (como sequías a gran escala o pérdidas de ecosistemas enteros) serán devastadoras».

Sin embargo, adoptar esas medidas no resulta sencillo, según Luena, porque «la Unión Europea está trabajando en leyes que podrían mejorar esta situación, como la Ley de Restauración de la Naturaleza, la futura propuesta de la Ley del Suelo, o la Directiva sobre Calidad del Aire. Sin embargo, con la oposición ciega y el negacionismo de los grupos conservadores en el Parlamento, atajar estos problemas se ha convertido en una lucha continua que desoye a la ciencia».

Artículo completo disponible en larioja.com.