El parque nacional de las Tablas de Daimiel sufre una profunda sequía que afecta al estado de su vegetación LV
La ley de la UE para restaurar la naturaleza entra en la semana clave para su aprobación

Semana decisiva para el futuro de la recuperación de la naturaleza en la Unión Europea. Las instituciones europeas están llevando a cabo estos días las conversaciones para culminar la redacción definitiva de la Ley de Restauración de la Naturaleza. Representantes de la Comisión Europea, del parlamento europeo y el Consejo (ministros) se reunirán el jueves (en los trílogos) para ultimar la redacción de la ley, sobre la cual han expresado posiciones encontradas los diversos organismos europeos encargados de su tramitación.


La negociación tiene lugar después de que la ley obtuviera -el pasado mes de julio- la luz verde del parlamento europeo, tras una ajustada votación, en la que el Partido Popular Europeo y los grupos de ultraderecha se manifestaron en contra. 


Salvada la ley in extremis en la Cámara legislativa europea (aunque sus objetivos quedaron rebajados y desdibujados), se trata ahora de ver si en la negociación el texto final se ajusta a la premisa fundamental que inspiró esta iniciativa de la Comisión Europea.


En virtud de esta Ley de Restauración de la Naturaleza, los Estados asumirán objetivos jurídicamente vinculantes para la restauración de la naturaleza en diferentes ecosistemas. La finalidad es que las medidas de restauración de la naturaleza alcancen al menos al 20% de las zonas terrestres y marinas de la UE de aquí a 2030 y se extiendan finalmente a todos los ecosistemas que necesiten ser restaurados de aquí a 2050.


La negociación entre las tres partes


La posición del Consejo (los ministros) en esta negociación se aproxima a la Comisión, en tanto que apoya la idea de mantener como meta restaurar un 20% las áreas marítimas y terrestres en 2030. En cambio, la posición del parlamento ha sido conservadora, marcada por la influencia del Partido Popular Europeo, que ha ido conformando un discurso en el que considera que la restauración de la naturaleza es contraria a la agricultura. 


César Luena, diputado socialista ponente de la ley en el Parlamento europeo, recalca que “la derecha y la ultraderecha no quieren que haya una ley de restauración” y que la alianza que se ha ido consolidando en el parlamento europeo hace previsible que algunos países quieran rebajar la ambición de la ley.


“Los grupos progresistas del parlamento europeo estamos intentado alcanzar un acuerdo que sea aceptable desde el punto de vista de los compromisos internacionales de la UE”, dice César Luena.


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Árboles del bosque de secuoyas de Cabezón de la Sal (Cantabria), que presentan un estado de deterioro


Pablo Ayerbe / EFE

Limitar las medidas a las zonas de la Red Natura 2000


Todo indica que la posición de los países más reticentes o contrarios a la ley puede ser proponer que los planes de restauración se realicen exclusivamente en las zonas catalogadas como Red Natura 2000 (el sello de protección europeo), en la línea con acordado por el Parlamento; pero esta opción comporta cierta contradicción, puesto que éstos son espacios protegidos por la UE y lo lógico sería asegurar la restauración también de enclaves degradados que no están protegidos


En la negociación, “la idea es pactar que de aquí a 2030 los estados prioricen sus acciones dentro de Natura 2000, pero no que se limiten a esos espacios”, dice César Luena aludiendo a este controvertido asunto.


Una ley clave


El contenido final de la esta ley (un reglamento de obligado cumplimiento) será un termómetro indicador de la ambición de las política europeas en materia de conservación de la naturaleza. Europa además debe mantener el compromiso adquirido en la cumbre de Biodiversidad del pasado mes de diciembre en Montreal, donde los países prometieron tomar medidas para salvar el 30% de las áreas terrestres degradadas para el 2030 (y lo mismo para las áreas marinas. El objetivo último de esta legislación pionera es salvar todos los ecosistemas para el año 2050, lo que supone empezar a tomar medidas ya para restaurar los ecosistemas dañados y recuperar la naturaleza en toda Europa.


Si se aprueba, los países deberán tomar medidas renaturalizar espacios naturales devaluados, reforestar zonas arboladas, proteger humedales amenazados, conservar pastizales o eliminar las barreras obsoletas que impiden el fluir natural de los ríos. Pero falta ver si todo eso queda acotado a los espacios de la red Natura 2000…


La ley estuvo a punto de irse al traste


La ley estuvo a punto de irse al traste el pasado mes de julio en el parlamento europeo, donde fue aprobada casi milagrosamente en una votación muy reñida, sacada adelante por los grupos socialista, verdes, liberales y de izquierda, tras el férreo rechazo planteado por el Partido Popular Europeo, muy beligerante contra esta normativa, al entender que iba en contra de los intereses de los agricultores.


Una gran parte del sector agrario se ha opuesto desde el principio a esta Ley, sobre todo el sindicato Copa-Cogeca y grandes lobbies de la agricultura intensiva, convencidos de que la reglamentación ataca los intereses de la agricultura. Este comportamiento es considerado “absurdo y electoralista” desde las filas socialistas, que ven injustificado el intento de presentar la restauración de la naturaleza como algo contrario a la agricultura.


El parlamento rebajó las pretensiones de la Comisión y excluyó a los ecosistemas agrícolas y las turberas


En cualquier caso y como consecuencia de la presión, la resolución del Parlamento europeo excluyó de estas obligaciones a los ecosistemas agrarios, e igualmente, quedaron fuera las turberas, un tipo de humedal muy amenazado que alberga gran cantidad de carbono y que se suele drenar para convertirlo en espacios agrícolas en zonas del norte y este europeo.


El asunto clave de la negociación será saber si se incluyen en los planes de restauración los ecosistemas agrícolas, como desea la Comisión pero ha rechazado el Parlamento. 


Aquí será decisiva la opinión del Consejo, ahora bajo la presidencia española. “Confiamos en que el hecho de que España ostente la presidencia del Consejo contribuya a conseguir un acuerdo que permita aumentar significativamente la ambición del reglamento de restauración de la Naturaleza.”, señala Carlos Bravo, experto en políticas públicas sobre medio ambiente de OceanCare


Entre tanto, el 20 de junio, el Consejo de la UE alcanzó un acuerdo (lo que se conoce como”orientación general”) sobre esta Ley, a pesar del “no” de los Países Bajos, Polonia, Italia, Suecia y Finlandia y las abstenciones de Austria y Bélgica. Dio por lo tanto un claro respaldo político de los gobiernos de los Estados a la propuesta de la Comisión Europea.


Con la ley, los países quedarían obligados a aprobar periódicamente programas específicos de restauración donde se indiquen los ecosistemas y zonas acogidas a estas medidas en cada caso.


colores de otoño en el bosuqe de zilbeti

Bosque de Zilbeti, situado en el norte de Navarra, en el corazón del Pirineo Navarro, dentro de la Red Natura 2000


Gobierno de Navarra

Enconada disputa interna con la presidenta de la Comisión


La campaña contra esta ley ha sido capitaneada por el líder de este grupo en el Parlamento Europeo, el alemán Manfred Weber, quien mantiene una enconada disputa interna con la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, promotora del Pacto Verde Europeo, del que emana la Ley de Restauración de la Naturaleza. Weber pertenece a la CSU, el partido hermano de la CDU de Von der Leyen; ambos partidos son miembros del PPE. En 2019, tras las elecciones al Parlamento Europeo, Weber no fue apoyado para convertirse en presidente de la Comisión y fue sustituido por Von der Leyen, que sorprendió a muchos por su impulso al presentar el Pacto Verde).


Mientras tanto, una coalición de organizaciones ecologistas ha expresado su “preocupación” por la marcha de las negociaciones y rechaza “el debilitamiento inaceptable” de su contenido. Estas entidades reclaman que el reglamento no se quede limitado a los espacios de la Red Natura 2000 (terrestres y marítimos). Su argumento, por ejemplo, es que hay humedales degradados que no estén incluidos en la Red Natura 2000 y deberían ser igualmente restaurados.


Asimismo, piden que se incluya la restauración de los ecosistemas agrícolas y las turberas. De esta manera se deberían aplicar planes de restauración en aquellos ecosistemas agrícolas que se consideran en mal estado (algo que se puede medir con indicadores, como la presencia de mariposas, el número de aves o degradación causada por pesticidas, entre otros.)


“Es esencial incluir de nuevo la restauración de los ecosistemas agrícolas y objetivos específicos para la restauración de las turberas drenadas. La restauración de las turberas desempeña un papel clave en la mitigación del cambio climático y la adaptación al mismo”, dice Lucas Barrero, portavoz de Ecologistas en Acción.


Mantener el artículo 9 de la propuesta sobre ecosistemas agrarios es la clave


Vanessa SánchezTécnica especializada de Global Nature

“Sabemos que en la negociación se quiere rebajar los objetivos sobre restauración de turberas”, lamenta Vanessa Sánchez, técnica de Global Nature.


“Mantener el artículo 9 de la propuesta sobre ecosistemas agrarios es la clave. Desde Global Nature creemos que sin biodiversidad no habrá seguridad alimentaria. Tras más de tres décadas trabajando por la sostenibilidad agraria con todo el sector, incidimos en este mensaje, respaldado por más de 6000 científicos europeos”. dice Vanesa Sánchez


Las entidades ecologistas piden también una financiación adicional y específica para apoyar las medidas de restauración y que se suprima la disposición de interrupción reglamentaria de emergencia introducida por el Parlamento europeo. Esta cláusula otorga a los Estados miembros el poder de invocar al parlamento una pausa temporal de la vigencia del reglamento  por razones de fuerza mayor.


Una vez que haya acuerdo en los trílogos, el acuerdo debe ser ratificado en el comité de medio ambiente del parlamento europeo y en el Consejo para su entrada en vigor.


Y los mares...


La organización OceanCare estima que el acuerdo definitivo debería fijar objetivos para la protección de las áreas marinas, incluyendo salvaguardas claras que definan cómo deben abordarlos los países. Hay países que han entendido que incluir estas medidas de restauración podría ir en contra de la política pesquera común europea, que obliga a los países a concertar entre ellos las medidas para restaurar unas pesquerías. Pero la solución que se apunta es que bastaría que un país quisiera aplicar esta restauración para que, una vez comunicado a la Comisión, ésta estableciera los criterios para poder hacerlo.


 


Artículo completo disponible en lavanguardia.com


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