Luchas y reconstruir, pero unidos

Al mismo tiempo que nos ocupamos de gestionar la terrible y dramática crisis sanitaria de hoy, es vital pensar cómo vamos a gestionar la crisis social y económica de mañana. En este sentido, son positivas las últimas decisiones de la Comisión Europea, del Parlamento y del Banco Central Europeo para movilizar miles de millones en fondos no ejecutados y para salvaguardar al euro y a los Estados miembros en su acceso a la financiación en los mercados internacionales.


Como también es destacable la ampliación del Fondo Europeo de Solidaridad, la suspensión temporal de las obligaciones del Pacto de Estabilidad en lo que a deuda pública y déficit se refieren o la coordinación de la UE y los Estados miembros en la compra de material médico y sanitario.


Sin embargo, siendo estas medidas positivas y necesarias, son insuficientes. No blindan nuestro proyecto comunitario, sometido una vez más a una fuerte presión que no hará sino incrementarse con el paso del tiempo, más aún a medida que la crisis económica tome el relevo de la sanitaria. Por este motivo, se multiplican las voces de los que pedimos más y mejor. Más integración y menos nacionalismo, más política comunitaria y menos pensar en «barrer para casa». En definitiva, más y más Europa.


El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido de los primeros en levantar la voz, reclamando nada menos que un Plan Marshall europeo, la mutualización del riesgo y la deuda «coronaria» (los llamados «coronabonos»), un seguro de desempleo común, la movilización del Banco Europeo de Inversiones... No está solo en sus demandas. Los Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo hemos pedido a todos los líderes de la Unión (sabiendo que algunos están más predispuestos que otros) la aprobación de medidas urgentes y a medio plazo para luchar contra la crisis económica, social y sanitaria desatada por el COVID-19.


A los planteamientos del presidente se suman propuestas como un sistema europeo temporal de renta mínima, una Garantía de Empleo europea, la activación del Mecanismo Europeo de Estabilidad, una garantía de préstamo para los propietarios de primeras viviendas, flexibilización total del marco de ayudas estatales... y así hasta 25 medidas, incluyendo una vez más la petición de aumentar el presupuesto europeo al 1,3% del PIB de la UE, ahora más necesaria que nunca.


Además, nueve jefes de Estado y primeros ministros (Bélgica, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Eslovenia, Portugal y España) han firmado una carta en la que reclaman abiertamente «un instrumento de deuda común» y una «financiación específica en el Presupuesto de la UE», entre otras cosas.


Lamentablemente, el Consejo Europeo del pasado jueves no ha estado a la altura de las circunstancias (Holanda y Austria como obstáculos y Alemania cómplice de la parálisis) y ha dilatado las decisiones que se necesitan con urgencia. Sin embargo, gracias a la presión de España y de Italia, el Consejo (los gobiernos europeos) deberá concretar un plan anticrisis en el plazo de dos semanas.


Queda mucho por decidir y por hacer hasta que esta crisis pase. Pero queda mucho por decidir y por hacer para lograr que nos recuperemos con éxito de la misma. La respuesta europea tiene que ser contundente e inmediata. No nos cansaremos de repetirlo. Seguiremos insistiendo porque creemos, estamos convencidos, de que Europa es la respuesta.


En palabras de nuestros líderes europeos, entre ellos Pedro Sánchez, «si queremos que la Europa del mañana esté a la altura de las aspiraciones de su pasado, debemos actuar hoy y preparar nuestro futuro común. Abramos este debate ahora y avancemos, sin dudarlo». Se trata de luchar juntos hoy para reconstruir mañana unidos.


Artículo aparecido en www.larioja.com.

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