Oficinas de la empresa rusa de gas, Gazprom, en San Petersburgo. / EFE
La UE traza un plan para lograr la independencia energética y acelerar la transición ecológica

La invasión de Ucrania ha puesto de manifiesto la dependencia energética de buena parte de Europa respecto a terceros (en este caso Rusia) y, por ello, la Unión Europea ha tomado la decisión firme de buscar la independencia de proveedores poco fiables y de los combustibles fósiles volátiles, y las interrupciones del suministro de gas a Bulgaria y Polonia demuestran la urgencia de abordar la falta de fiabilidad del suministro energético ruso.


El Consejo de Europa invitó a la Comisión a iniciar acciones y así ha nacido el plan REPowerEU que establece una serie de medidas para reducir rápidamente la dependencia de los combustibles fósiles rusos y acelerar la transición ecológica, al tiempo que aumenta la resiliencia del sistema energético en toda la UE.


REPowerEU se basa en las propuestas del paquete de medidas «Objetivo 55» presentado el año pasado e insta a su rápida adopción. No modifica la ambición global de lograr una reducción de las emisiones netas de gases de efecto invernadero de al menos un 55% de aquí a 2030 y alcanzar la neutralidad climática de aquí a 2050, pero sí propone una modificación jurídica para elevar los objetivos allí establecidos en cuanto a eficiencia energética y energías renovables al 13% y al 45% respectivamente. César Luena –europarlamentario riojano del grupo socialista y vicepresidente de la Comisión de Medioambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria– considera que «la guerra injustificada de Putin contra Ucrania ha espoleado a la Unión, que no puede seguir a expensas de los combustibles fósiles rusos. En este contexto resulta evidente que la independencia energética pasa, entre otros puntos, por las energías limpias y renovables y el REPowerEU es un paso en firme en esta dirección».


Estas acciones transformarán estructuralmente el sistema energético de la UE. Requieren una coordinación eficaz entre las medidas reguladoras y de infraestructura europeas, así como inversiones y reformas nacionales y una diplomacia energética conjunta. También requieren la coordinación entre la acción del lado de la demanda, para reducir el consumo de energía y transformar los procesos industriales para reemplazar el gas, el petróleo y el carbón con electricidad renovable e hidrógeno libre de fósiles, con la acción del lado de la oferta para crear la capacidad y el marco para implementar y producir renovables.


«El plan presentado por la Comisión consta de tres pilares fundamentales: el ahorro de energía, el impulso de las energías renovables, y la diversificación de los suministros de gas y petróleo. Con la reducción del gas ruso a dos tercios para finales de 2022 y un objetivo de energía renovable en la UE del 45% para 2030, la UE está poniendo los cimientos de su independencia y autonomía energética», señala Luena, quien también apunta que «el REPowerEU pone en el centro acelerar la transición a energías limpias, pero, hasta entonces, la Comisión debe prever cierta flexibilidad para los Estados miembros. De ahí la posibilidad de que los países de la UE limiten los precios del gas para los consumidores, tal como han logrado España y Portugal con nuestra 'excepción ibérica'».


La Unión Europea estima que aunque algunos Estados miembros ya han anunciado su intención de poner fin a las importaciones de combustibles fósiles procedentes de Rusia, ningún Estado miembro puede hacer frente por sí solo a este reto.


Artículo disponible en www.larioja.com.

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