Imagen del bosque de Muniellos. / EFE
La UE defiende en la COP15 que salvaguardar la diversidad es proteger a toda la humanidad

Después de la cumbre mundial por el clima celebrada en Sharm El Sheikh (Egipto), ahora la atención se pone en Montreal (Canadá), donde estos días se celebra la Conferencia de las Partes sobre Biodiversidad.


Esta COP15 llega en un momento crítico para el estado de la naturaleza a nivel global. Y es que, según advierten los científicos, enfrentamos la sexta extinción masiva de especies de la historia. «Un fenómeno gravísimo que no atrae toda la atención mediática que debería», valora el diputado socialista, César Luena, vicepresidente de la Comisión de Medioambiente del Parlamento Europeo y responsable en esta institución de la Estrategia de Biodiversidad de la UE para 2030, así como de la primera ley comunitaria de restauración de la naturaleza.


Un millón de especies están en peligro de extinción. Dado que la mitad de la producción económica mundial depende de la naturaleza, proteger la diversidad biológica consiste esencialmente en salvaguardar los pilares fundamentales de los que toda la humanidad depende.


En la Conferencia de las Partes sobre Biodiversidad, la Unión Europea apoyará la adopción de un marco mundial de la diversidad biológica posterior a 2020 de gran envergadura, completo y transformador para detener y revertir la pérdida de diversidad biológica. Se trata de algo crucial, ya que el alarmante declive de la diversidad biológica está poniendo en peligro la seguridad alimentaria, la salud, las economías y los medios de subsistencia de miles de millones de personas.


Luena considera que «es urgente alcanzar un acuerdo internacional al estilo de los Acuerdos de París. Necesitamos hacerlo porque a pesar de que los primeros compromisos logrados en materia de biodiversidad son de 2010, el nivel de desaparición de las especies sigue siendo el mismo. Eso demuestra que cuando los acuerdos son voluntarios para los países, finalmente no se obtiene ningún resultado. Por eso necesitamos un acuerdo legal que blinde los objetivos y que obligue a cumplir a los Estados firmantes».


Luena, no obstante, es consciente de los problemas que plantea la adopción de medidas y por eso, afirma: «El fundamento de todo es el dinero. Necesitamos un mecanismo concreto de financiación para proteger y conservar la biodiversidad. Si queremos asegurar unos niveles ambiciosos de restauración de la naturaleza, necesitamos financiación».


Deforestación


En línea con estas medidas, la UE adoptó, esta misma semana, un acuerdo pionero que prohibirá importar productos que hayan contribuido a la deforestación, como el cacao, el café o la soja en ciertas regiones.


El texto atañe a otros productos como el aceite de palma, la madera, la carne bovina y el caucho, además de varios derivados como el cuero, el chocolate, los muebles, el papel y el carbón vegetal, según el texto elaborado tras largas negociaciones entre el Parlamento Europeo y los 27 Estados miembros de la UE. La decisión de la Unión «no solo cambia las reglas del juego del consumo europeo, sino que incita enormemente a los otros países a cambiar sus prácticas», comentó Anke Schulmeister-Oldenhove, del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).


Artículo disponible en www.larioja.com. 

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