La esperanza de una Europa verde

Al principio de esta crisis, muchos miraban a Europa con serias dudas sobre el papel que iba a desempeñar. Teniendo como referencia principal la Gran Recesión de 2008, no es de extrañar que los europeos dudasen de la capacidad de la Unión para enfrentarse de nuevo a un reto social, económico y esta vez, antes que nada, sanitario. Sin embargo, el tiempo ha demostrado que Europa ha estado a la altura. En los últimos meses, la maquinaria europea se ha puesto al máximo de sus capacidades para asegurar una salida justa para los ciudadanos y la economía, pero no a expensas del planeta.


De estos meses de trabajo continuo, ha resultado un plan que busca que la recuperación europea se lleve a cabo al mismo tiempo que se alcanza la neutralidad climática, y todo ello sin perjuicio de la economía. ¿Cómo? El Plan de Recuperación de la Unión Europea Next Generation EU se ha diseñado teniendo muy en cuenta el Pacto Verde Europeo anunciado el pasado año. Prueba de ello es que la Comisión haya incluido como condición para acceder a los fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia cumplir con el objetivo mínimo de gasto del 30% en acciones climáticas. En el caso español, el Gobierno, consciente de que nuestro país es uno de los afectados por el cambio climático, ha anunciado que dedicará a la transición ecológica nada menos que el 37% del presupuesto del Plan de Recuperación. España Puede.


El Next Generation EU es un compromiso con el futuro de los europeos y una demostración de que esta crisis nos está brindando la oportunidad de hacer las cosas de manera distinta: más solidaria, más sostenible y más justa. Así, el compromiso de los 27 Estados miembros de resolver juntos la peor crisis a la que se haya enfrentado la Unión se ha traducido en un fondo dotado con 750.000 millones, sin contar con el marco financiero plurianual (1,84 billones) ni la triple red de seguridad para estados, empresas y trabajadores (500.000 millones), entre otras muchas medidas. El NGEU se presenta como una inversión por un futuro, con un plan sostenible y justo para salir de esta sin comprometer la viabilidad de las generaciones futuras.


Este compromiso con el futuro pasa por el Pacto Verde Europeo. El Parlamento Europeo se ha puesto a la vanguardia mundial en materia ecológica, con la aprobación de la emergencia climática en noviembre del pasado año y de la Ley Europea del Clima este mes de octubre. El Parlamento ha sido ambicioso y contundente: queremos alcanzar la neutralidad climática en 2050, y para ello debemos reducir nuestras emisiones en un 60% para 2030, establecer un objetivo intermedio de reducción para 2040 y asegurarnos de que estos objetivos son vinculantes para toda la Unión y para todos los Estados miembros. Necesitamos un control y seguimiento efectivo de las medidas y los avances realizados para poder alcanzar la meta final.


Además, el Pacto Verde Europeo refuerza la idea de que la economía tiene que superar esta crisis y lograr la transformación ecológica de manera sostenible, competitiva y resiliente. Este deseo se materializa, por ejemplo, en el Nuevo Plan de Acción para la Economía Circular que ha presentado la Comisión Europea como hoja de ruta hacia una Europa más limpia y competitiva. Sus objetivos principales son nada menos que conseguir que todos los productos de la Unión sean sostenibles, es decir, que duren más, que sean más fáciles de reutilizar y reparar y de reciclar. También se restringirán los productos de un solo uso, se prohibirá la destrucción de bienes duraderos que no hayan sido vendidos y se reforzarán los derechos de los consumidores. Sin embargo, los tiempos que corren nos exigen más; el Plan necesita más ambición. Y es ahí donde el Parlamento Europeo demostrará, de nuevo, que es capaz de colocar a Europa en una posición de liderazgo en materia ecológica.


Durante la firma del Estatuto del Consejo de Europa, el político luxemburgués Joseph Bech decía que “la idea grandiosa de una Europa unificada – hasta hace poco aún considerada una utopía – emerge hoy desde el terreno de la esperanza para entrar en la fase de lo real”. Europa y su proyecto siguen siendo para muchos una esperanza. Es por ello que tenemos el deber de seguir luchando por la realidad de una Unión más justa, más solidaria, y más verde.


 


Artículo publicado en elobrero.es.

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