Phil Noble via Reuters
Glasgow: el marco común de acciones futuras

Tras dos semanas de duras negociaciones, de avances y desacuerdos, se aprobó el sábado por la noche la resolución final de la COP26, esto es, el Pacto Climático de Glasgow. 


El documento aprobado, que tuvo que ser aceptado por el consenso de las 196 partes, usa un lenguaje cauto y en algunos casos ambiguo, lo que puede justificar la frustración de científicos, activistas y, en general de aquellos que abogan por la necesidad de avanzar más rápido. 


No obstante, aunque no se trata de un nuevo tratado, ni el documento es todo lo ambicioso que nos hubiera gustado y que debiera ser, el resultado alcanzado en el texto final es muy positivo por varios motivos. [...]


Artículo publicado en www.huffingtonpost.es

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